En el yoga del silencio no se hacen ejercicios físicos ni mentales.
[1] En estas tradiciones, el silencio representa la eternidad, la base de la existencia, la fuente del ser, donde todo se origina y termina.
Se hace unidad con él y así alcanza una mayor tranquilidad interna.
La experiencia del silencio no se entiende como una absorción meditativa limitada en el tiempo, sino más bien como una inmersión en la conciencia infinita.
La autopercepción resultante sirve de base para más serenidad y felicidad en la vida.