Yurre

Se cree que Yurre es un fitónimo proveniente de la lengua vasca, aunque su significado es problemático.

Lo más habitual suele ser relacionarlo con zihaurri, nombre en lengua vasca de la planta denominada yezgo.

No se sabe por tanto si Igorre, nombre en lengua vasca de la población, es fruto de una evolución fonética local del topónimo primitivo I( )urre -> Ig(u)rre -> Igorre, o si se trata de un topónimo con un origen etimológico diferente que al ser transcrito del euskera al castellano fue asimilado al topónimo Yurre/Iurre.

La presencia humana en Yurre se remonta al Paleolítico Superior (9000 a. C.), según indican los restos hallados en la cueva de Geretalegoateko Atxa.

Esta cueva fue utilizada con distintos fines, habitación y enterramiento, durante un largo periodo de tiempo.

En la primera cueva también se han hallado restos del siglo IV (final del Imperio Romano), que evidencian la actividad agrícola característica de la época y la influencia de la cultura latina.

Durante la Baja Edad Media (siglos XI-XV) se consolidaron varios núcleos en la zona, entre ellos Elexalde, Elgetxu y Urkizu, además de los asentamientos formados en torno a la ermita-parroquia de Santa Lucía y San Cristóbal.

En este último, se han identificado enterramientos cristianos cercanos al templo, construido entre los siglos XI y XII.

Durante la Edad Media, los abusos y las disputas entre los señores feudales o jauntxos (Ugarte, Ubiritxaga, Irazabal...) fueron constantes, destacando especialmente los conflictos con la casa de los Zumeltzu.

Yurre tuvo representación en las Juntas de Gernika, ocupando el asiento y voto número 65 desde 1558 hasta 1877.

Para representar a Yurre en las Juntas de Gernika era necesario saber leer y escribir, una habilidad poco común en la localidad, lo que dificultaba su participación en dichas asambleas.

Este periodo marcó la transición del Antiguo Régimen hacia una sociedad moderna, culminando con la industrialización en la década de 1960.

En las primeras décadas, la vida pública estuvo dominada por caseros, artesanos y pequeños comerciantes, quienes se alineaban con corrientes ideológicas como el carlismo (jaimistas).

Con el tiempo, estos sectores fueron cediendo protagonismo a los partidos nacionalistas, cuya influencia creció hasta la caída de la Segunda República.

Paralelamente, Yurre comenzó a consolidarse como un núcleo de referencia en la comarca, asumiendo un papel más relevante en la organización regional.