Sus bisabuelos paternos, judíos, huyeron de Polonia durante la II Guerra Mundial.
Briski, que se interesó por la fotografía a los diez años, ha declarado: «Me siento en casa en todas partes y en ninguna en concreto».
En 1995 hizo su primer viaje a India, produciendo un foto-reportaje sobre el infanticidio de niñas.
En 1997, Briski regresó a la India y comenzó su proyecto sobre las prostitutas del barrio rojo de Calcuta, que precedió a su trabajo con los hijos de las prostitutas.
Ella y el codirector de Los Niños del barrio rojo recibieron becas del Sundance Institute, de la Jerome Foundation y del New York State Council on the Arts, por este documental.