El cuello, del mismo color que la cabeza, presenta tubérculos cónicos romos dorsalmente.
[6] Las placas de los márgenes son lisas, más anchas las que cubren las patas y algo acanaladas las demás.
En 1992 U. Fritz e I. Paules redescribieron la especie como Phrynops chacoensis con especímenes del Chaco Paraguayo, aunque en 1999 ellos mismos lo hicieron sinónimo de Acanthochelys macrocephala.
[6] Aunque morfológicamente y bioquímicamente A. macrocephala parece estar más próxima a la especie A. radiolata, análisis de ADN mitocondrial llevados a cabo por R. M. Huebinger y colaboradores en 2009 la sitúan más cerca de las otras tres especies del género.
Está bien adaptada a los cambios de temperatura, tanto diarios como estacionales, cambios que pueden llegar a diferencias de entre 38 y 52 °C, sobre todo en el Chaco paraguayo, donde comparte hábitat con la tortuga casquito mucho más abundante y con la mucho más rara tortuga canaleta chaqueña a la que posiblemente esté desplazando al colonizar nuevas áreas.
[6] Se alimenta fundamentalmente de caracoles, sobre todo de los géneros Pomacea y Marisa, renacuajos e insectos acuáticos, aunque como especie oportunista no desprecia pequeños peces y ranas.
El periodo reproductivo es muy diferente dependiendo del área de distribución, así en el Chaco el apareamiento tiene lugar en febrero, mientras que en el Pantanal se retrasa hasta abril o mayo.
Las pequeñas tortugas no emergen hasta diciembre o enero, ya que necesitan también un tiempo de diapausa embrionaria para alcanzar su pleno desarrollo.
No obstante, esta clasificación data del año 1996 y debería ser revisada.