Hoy en día se conservan solo unos pocos arcos sobre la Avenida Chapultepec y dos de sus fuentes originales.
Por eso en 1466 consultaron al huey tlatoani Nezahualcóyotl de Texcoco para resolver el problema -al parecer los texcocanos tenían una alta estima como ingenieros.
Esta obra se termina pero vuelve a tener los mismos problemas que el anterior, así se crea una comisaría especializada en la vigilancia y cuidado del acueducto y sus fuentes, la cual por cierto tiene varios incidentes.
Es así como se empieza a derrumbar por partes desde el final del siglo XIX.
El último tramo se derribó durante la construcción de la Línea 1 del Metro en 1969, dejándose solo un tramo que fue en su mayor parte reconstruido para meter tubería en él y hacerlo una fuente ornamental.
[4] La segunda y más conocida se encontraba en el cruce de calle de Izazaga y Niño Perdido (hoy Eje central Lázaro Cárdenas), conocida popularmente como Salto del Agua.
Este ramal era conocido como San Pablo, la tercera se encontraba en la Merced y la cual fue demolida a finales del siglo XIX.
En esa época para medir el diámetro de la toma se tomaba como media objetos redondos, así se puede encontrar que un convento recibía una naranja de agua y un particular una pajilla.