El gobierno de Estados Unidos y sus aliados denunciaron estas acusaciones como un montaje.
[4] Aunque los chinos y los norcoreanos no supieron exactamente como los soldados contrajeron esas enfermedades, pronto las sospechas se dirigieron hacia los estadounidenses.
La acusación fue apoyada por el periodista australiano Wilfred Burchett y por las confesiones de aviadores estadounidenses capturados.
[6] Cuando la Cruz Roja Internacional y la Organización Mundial de la Salud descartaron la guerra biológica, el gobierno chino lo denunció como una decisión con sesgo pro occidental y arregló que fuera realizada una investigación por parte del Consejo Mundial de la Paz.
[7] El Consejo Mundial de la Paz organizó una Comisión Científica Internacional para los Hechos Relacionados con la Guerra Bacteriológica en China y Corea.
En esta comisión participaron varios destacados científicos, incluyendo al renombrado bioquímico y sinologista británico Joseph Needham.
[13] Méray argumentó que la evidencia fue el resultado de una elaborada conspiración: "De alguna forma estas moscas fueron traídas allí ... este trabajo debió haber sido realizado por una gran red que abarcaba toda Corea del Norte".
[14] Investigaciones recientes han indicado que, sin importar la precisión de las acusaciones, los chinos y norcoreanos actuaron como si estas hubieran sido reales.
[17] Historiadores posteriores han ofrecido otras explicaciones de estos brotes epidémicos durante la primavera del año 1952.