Adalgisa Nery

Estudió como interna en un colegio de monjas e, y en aquella época, ya era vista como "subversiva" por defender a las "huérfanas" (categoría harto común en los colegios religiosos de la época), consideradas subalternas y por ende maltratadas.

Pero la vida de Adalgisa también estuvo marcada por el sufrimiento, debido a la relación conflictiva, y hasta muchas veces violenta, con su marido.

Siguió a su segundo marido, que tenía funciones diplomáticas, en Nova York desde 1943 hasta 1945, y como embajador en México en 1945.

En este país, hizo amistades con los pintores Diego Rivera, José Orozco (ambos la retratarían), Frida Kahlo, David Siqueiros y Rufino Tamayo.

En 1952, viajó nuevamente a dicho país, ahora como embajadora plenipotenciaria, para representar al Brasil en la toma de posesión del presidente electo Adolfo Ruiz Cortines.

El romance se lo dedicó a Cavalcanti, considerado "dedo-duro" por la dictadura, en gratitud por la acogida que le había brindado.

En conflicto entre lo que sería "políticamente correcto" y la lealtad a un amigo, Adalgisa escogió, sin hesitar, el camino del afecto.