El Aerojet General X-8 era un cohete sonda no guiado y estabilizado por aletas, diseñado para lanzar una carga útil de 68 kg a una altitud de 61 km.
El X-8 fue posteriormente reutilizado en el cohete Aerobee.
En sus pruebas, alcanzó la altitud máxima de 222 km y una velocidad seis veces superior a la del sonido.
Se construyeron unos 900 Aerobees para recoger información sobre la radiación solar, los vientos a altas altitudes, la dinámica de cohetes, efectos biológicos y los campos magnéticos terrestres.
El cohete caía a tierra en una trayectoria balística, y la carga útil regresaba en un paracaídas.