Traía un chaleco bomba puesto y dispuesto a entrar a la celebración de la misa, al cual intentó bloquear e inmediatamente el atacante, amenazó con detonar la bomba que traía consigo, sin embargo, Bashir no se dejó intimidar, y trató de evitar a toda costa que entrara en la iglesia y cometiera el atentado.
Encarnó la palabra de Jesús: ‘Nadie tiene un amor más grande que esto: dar la vida por sus amigos’”.
Él dio su vida para salvar a cientos de personas que estaban en la misa aquella mañana”.
Y les digo: “El Papa Francisco nos llamó a vivir un año de misericordia.
Varios cristianos fueron detenidos y puestos en libertad al cabo de unos años.
El grupo terrorista Tehreek-e-Talibán Pakistán Jamaatul Ahrar (TTP-JA) se atribuyó posteriormente la responsabilidad de los ataques.