Alberto Baldrich

Su grupo de confianza estaba integrado por Héctor Bernardo, Adolfo Silenzi de Stagni, Federico Ibarguren y Ramón Doll.

[2]​ Es en ese puesto donde tomó una extraña y extrema decisión: ordenó quitar de la Casa de Gobierno local el cuadro de Bernardino Rivadavia, personaje histórico que lo irritaba en demasía.

Acto seguido trasladó dicho cuadro a la plaza central y lo hizo fusilar por un pelotón policial.

Su gestión continuó la línea nacionalista elitista de Martínez Zubiría, pero más orientada al hispanismo y al nacionalismo económico.

Durante la Revolución del 43 adhirió al peronismo.