Su padre, el también pintor Jerónimo de Loarte, le sobrevivió y consta que en 1619 se casó con una dama llamada María del Corral.
[1] Parece que a su muerte tenía a su cargo un taller de cierto prestigio en Toledo, como confirma el hecho de que trabajasen en él dos oficiales, Juan Fernández y Juan Martínez, de veinte y veintiún años.
Con casi toda seguridad es de su mano un gran lienzo con San Bernardo y sus monjes, proveniente del convento de San Francisco el Grande (depósito del Prado), anteriormente atribuido a Francisco Pacheco.
En la Gallinera, conjuga con maestría el bodegón y las figuras, tal como hiciera en Italia Bartolomeo Passerotti.
En sus bodegones se observa su gusto por la simetría, aunque sus composiciones muestran cierta tendencia al apelotonamiento.