Aleksandra Samusenko

[4]​ Comenzó la Gran Guerra Patria como una simple soldado de infantería, poco después escribió una carta al Presidente del Presídium del Sóviet Supremo de la URSS Mijaíl Kalinin con una solicitud para que le ayudara a ingresar en la escuela de tanques.

Beyrle, uno de los pocos soldados estadounidenses que se sabe que sirvió tanto en el Ejército de los Estados Unidos como en el Ejército Rojo en la Segunda Guerra Mundial, finalmente la persuadió para que le permitiera luchar junto a su unidad en su camino a Berlín, comenzando así un largo periodo de tiempo en el que combatió en un batallón de tanques soviético, donde los soviéticos apreciaron su experiencia en demoliciones.

Beyrle, quien informó que Samusenko había perdido a su esposo y a toda su familia durante la guerra, la consideró como un símbolo de la fortaleza y el coraje mostrado por el pueblo soviético durante ese período.

[7]​ (Su hijo John Beyrle, fue embajador de Estados Unidos en Rusia entre 2008 y 2012).

Según el veterano de guerra, Piotr Demidov, fue aplastada bajo las orugas de un tanque soviético cuyo conductor no podía ver a las personas que la acompañaban en la oscuridad.