Amsanctus

Actualmente hay dos estanques pequeños que exhalan vapores tóxicos y nauseabundos de ácido carbónico y sulfuro de hidrógeno.

Por esta razón el lugar se relacionaba con leyendas de las regiones infernales, siendo considerado como el respiradero del infierno.

[1]​ Se encuentran menciones del lago en diferentes autores de la antigüedad.

La descripción de Virgilio (Eneida, vii.

[2]​ También en Cicerón,[3]​ Plinio el Viejo[4]​ o Claudiano.