Tras unas primeras, e iniciales, campañas de excavaciones durante los años 40, décadas más tarde, bajo la dirección de María Ángeles Mezquíriz Irujo, se practicaron intervenciones sistemáticas entre los años 1980 y 2000 que dejaron a la vista numerosos vestigios.
La forma del gentilicio de Andelos formalmente debiera haber sido andelosenses y no andelonenses que motiva tal elección.
Antes del asentamiento romano había un pequeño poblado perteneciente a la cultura la Edad de Hierro, de los siglos IV y III a. C. Las casas estaban decoradas con opus signinum piso del primer siglo, la ciudad I y II.
Sin embargo, el descubrimiento más notable es una inscripción hallada en 1993, que contiene la frase "Likine abuloŕaune ekien bilbiliaŕs" escrita en ibérico.
Pocos años después, entre 1943-1944, Blas Taracena Aguirre, director del Museo Arqueológico Nacional, prosiguió estos trabajos, realizó unos planos de los descubrimientos, volviendo a tapar el terreno que se siguió usando para el cultivo de cereales.