Con su hermana Consuelo Rodríguez López (Chelo) actuaron como agentes del Servicio de Información Republicana (SIR), como enlaces con la guerrilla.
Allí continuaron su compromiso con los guerrilleros asturianos César y Arcadio Ríos Rodríguez.
Tuvieron que huir en julio de 1946, cuando las fuerzas franquistas descubrieron el campamento.
Primero residirían en el sur del país como exiliados, y más tarde se instalaron en París, donde César Ríos trabajó como practicante.
Tuvieron una hija, Irma Ríos, que es profesora de castellano.