Con su hermana Antonia Rodríguez López actuaron como agentes del Servicio de Información Republicana (SIR), como enlaces con la guerrilla.
Allí continuaron su compromiso con los guerrilleros asturianos César y Arcadio Ríos Rodríguez.
Tuvieron que huir en julio de 1946, cuando las fuerzas franquistas descubrieron el campamento.
Antonia y Chelo Rodríguez se ocultaron en casas de apoyo de Ourense y O Bierzo, hasta que se tuvieron que separar en Berlanga del Bierzo (León), en 1947, después de llegar a la conclusión de que ya había "demasiadas muertes en la familia".
Residió en París, Francia, a donde logró escapar en 1949, con Marino Montes.