Su exitoso debut le hizo cobrar fama y torear en numerosas plazas de toda España.
Se crearon varias peñas taurinas con su nombre en diferentes ciudades de la geografía española (Valencia, Jaén, etc.).
El Cobijano compartió cartel con todos los toreros de su generación que más tarde llegaron a ser grandes figuras.
Después de un mes en el hospital, le tuvieron que amputar la pierna derecha debido a la gangrena, dando al traste con su carrera taurina.
Con los fondos obtenidos se sufragó el quiosco, una prótesis para su pierna y hasta una pequeña finca en Gestalgar (Valencia), en donde crio toros bravos.