Este texto sobrevive únicamente en un manuscrito del siglo VII u VIII.
Entre estos errores se pueden observar tendencias de la gramática y pronunciación del vernáculo contemporáneo, encaminado a convertirse en los varios idiomas romances.
Las correcciones del autor presentan una pista de cómo el latín iba evolucionando en ese entonces.
Por ejemplo, la corrección PASSIM NON PASSI ("passim, no passi") o NVMQVAM NON NVMQVA ("numquam, no numqua") le dice al lector que la palabra se debe escribir con una M al final.
En algunos casos, el documento recomienda escribir las palabras en una forma que no era la usual en el latín clásico, como por ejemplo AMFORA NON AMPORA ("amfora, no ampora") recomienda usar una F, pero esta palabra se escribía normalmente con PH: AMPHORA.