La primera mitad del siglo XIX fue muy dura para la órdenes religiosas en España.
Estas ausencias de los franciscanos de Liria, junto con los vaivenes políticos que sufría España, repercutieron de forma negativa en las órdenes religiosas en general, y en las obras y asociaciones religiosas que los franciscanos promovieron y apoyaron en particular.
Aunque exclaustrados, quedaron en Liria algunos franciscanos adscritos al clero parroquial, dejando su impronta en el pueblo.
Fue visitador de la Tercera Orden Franciscana Seglar, cargo éste que desempeñó al menos durante veinticinco años, o sea desde 1847, fecha en la que se integra en el clero local, hasta su muerte en 1871 a los 65 años.
Esto se vio propiciado por el fomento y el respaldo que los Prelados de la Santa Iglesia dan a las Archicofradías de la Purísima y otras asociaciones marianas que pululan por toda España.
Para tal obra se contó con los servicios del arquitecto franciscano Fray Maseo Company Alfonso, natural de Moncada, el cual se había ganado fama de buen maestro constructor en numerosas obras que había dejado en la región: conventos, iglesias y edificios de importancia.
La Corte de María quedó disuelta y perdido todo su patrimonio.
Fueron quemadas tanto la imagen de la Purísima Concepción, como unas hermosísimas andas.
La coronación de la Purísima coincidió además con la celebración del cincuenta aniversario de la Sagrada Imagen (la anterior fue destrozada por el fuego durante la guerra civil), la cual había sido construida en 1948.
Con ocasión de tan importantes celebraciones, la Archicofradía había restaurado el manto.
La junta está formada por: Contiene material referente a la existencia en Liria de los padres franciscanos ya que se creó la actual parroquia en el mismo convento de dichos frailes, debido a la exclaustración de Mendizábal, en el año 1837.