Arquidiócesis de Ciudad del Cabo

Desde 1806 el territorio sudafricano dependió del vicariato apostólico de Inglaterra.

Sin embargo, los primeros años de la misión fueron difíciles; en 1822 Patrick Scully tuvo que abandonar Ciudad del Cabo y la escasa comunidad católica, compuesta en su mayoría por soldados irlandeses, estuvo sin sacerdote durante varios años.

En 1826 llegó un sacerdote holandés, Theodore Wagenaar, y al año siguiente un benedictino de Ampleforth, Thomas Rishton.

La misión fue abandonada nuevamente después de unos meses y no fue hasta 1836 que los católicos del Cabo pudieron tener un nuevo sacerdote, el dominico Tomás Morel.

[3]​ El dominico irlandés Patrick Raymond Griffith fue el primer vicario apostólico que pudo residir en Sudáfrica.