Los prusios construyeron pequeños fuertes en todos los accesos alrededor de la ciudad por lo que podían bloquear cualquier contacto con el exterior.
Su ejército llegó por la tarde deseando atacar inmediatamente a los paganos, pero esperaron hasta la mañana siguiente.
Durante la madrugada, los prusianos abandonaron sus fuertes y se escondieron en los bosques cercanos.
Con la certeza que los sambianos habían regresado a su territorio, los cruzados cabalgaron hacia la ciudad y entonces fueron emboscados.
No obstante, los prusianos lo sabían y se prepararon convirtiendo sus naves fluviales en buques de guerra y tuvieron éxito destruyendo las naves de suministros que intentaban llegar a Königsberg.