Mequinenza y su castillo fueron capturados por los franceses después de una operación que duró tres semanas.
Una vez el camino estuvo preparado, los franceses arrastraron sus cañones de asedio hacia la cima y abrieron fuego contra el castillo.
Así mismo, Navarro indica que han llegado a la población ocho muchachos extraviados tras el choque con las fuerzas francesas cerca de Zaragoza.
Desde allí se llevarían a cabo los trabajos para hacer llegar la artillería al Castillo de Mequinenza.
Los defensores de la población, al mando del coronel Manuel Carbón, rechazaron el ataque.
El 2 de junio los ingenieros franceses ya habían empezado a excavar trincheras y ubicado las piezas de artillería para atacar el castillo a la vez que la infantería asaltaba la villa al mismo tiempo.
La guarnición española abandonó el casco urbano la noche del 3 de junio y se refugió en el castillo.
El jefe del batallón polaco Chlusowitz y el capitán de zapadores Foucaud conducen el ataque.
Los defensores del general Carbón responden con vigor destruyendo tres piezas, aunque el fuego francés continua mellando las defensas.
A ello se sumó la navegabilidad del Ebro, el Segre y el Cinca para transportar tropas, víveres y municiones hacia Tortosa que muchas veces sufrieron el ataque de partidas guerrilleras.
La liberación de Zaragoza tuvo lugar el mismo día que París abandonaba la capital.
La presencia francesa en la península se redujo a distintas guarniciones encerradas en ciudades y castillo.
En 1814 remitió órdenes falsas al general Bourgeois para abandonar el Castillo de Mequinenza.
La estratagema dio resultado y las tropas francesas evacuaron el castillo en la primera quincena de febrero.
Lejos de Mequinenza y rodeados por unidades españolas, el general Bourgeois se vio obligado a rendir sus tropas.