Asedio neogranadino de Cartagena de Indias (1815)

[13]​ Bolívar se decidió[nota 2]​ a marchar sobre Santa Marta para seguir sobre Riohacha, Maracaibo, Coro y toda la costa norte de la actual Venezuela[13]​[18]​ hasta tomar el «corazón» del país.

[16]​[18]​ Este plan incluía conducir parte del material militar en los pocos buques que tenía,[4]​ los cuales también serían usados para bloquear el puerto de Santa Marta.

[20]​ Para esto contaba con el apoyo del Congreso federal, pues sus integrantes deseaban recuperar Santa Marta y asegurarse que Cartagena no fuera vulnerable a un ataque por tierra.

[23]​ Santa Marta era importante, era el único puerto neogranadino aún en poder monárquico[24]​ y ahí estaba el capitán general neogranadino (luego virrey), Francisco José Montalvo y Ambulodi, quien temía que un ejército de 3500 o 4000 revolucionarios atacara su ciudad.

[15]​ Según fuentes decimonónicas, como un estudio[nota 3]​ del filósofo alemán Karl Marx, apenas tenía 200 hombres.

[2]​ Por su parte, José Manuel Restrepo, historiador colombiano, afirma que eran 300 soldados de línea más algunas milicias.

[11]​ Bolívar menciona[nota 4]​ que no había más de 1.500 realistas entre Plato, Tenerife y Ocaña.

[28]​ La plaza tenía tan pésimas condiciones defensivas que Montalvo ya había reservado un barco francés para huir, mientras los vecinos habían enviado cartas prometiendo abrir las puertas de la villa y expulsar a la guarnición en cuanto llegara el Libertador.

[32]​ Para ello, el 24 de noviembre se reunió un Colegio o Consejo Electoral que nombró como su presidente al doctor Miguel Díaz Granados.

[41]​ El 8 de enero, Castillo se entrevistó con Gual, quien viendo los desórdenes en la plaza le dejó entrar.

[6]​ En cambio, el filósofo Karl Marx estimaba al ejército de Bolívar en 2.400 efectivos al inicio del sitio,[2]​ y en un informe del capitán monárquico Ignacio de la Rus,[nota 6]​ atemorizado por el avance patriota, se los calcula en 680 infantes y 100 jinetes desmontados.

[2]​ Según el político venezolano Felipe Larrazábal, cuando pasó por Mompox y el Bajo Magdalena no tomó la artillería que se encontró, esto se debió a que no deseando provocar a los cartageneros.

[1]​ En cambio, Bolívar afirma que Castillo se había apoderado de la plaza con 1.200 soldados.

Tuvo que reorganizar la línea defensiva del río Magdalena hasta ser reemplazado por Castillo en noviembre.

[nota 9]​ Por ejemplo, Bolívar siempre afirmó poseer grandes conocimientos históricos, pero Castillo lo desprestigió atacando esa erudición:[61]​

El doctor Gual aconsejó a Castillo no alejarse de la ciudad y lo mismo le comunicó al comandante militar, teniente coronel Mariano Montilla.

[69]​ Bolívar envió cartas para Gual y Castillo, primero a través de su edecán, teniente Pedro Kent,[65]​ luego con el comisionado Francisco García del Fierro[nota 11]​ y al final, mediante su secretario, José Rafael Revenga.

Después de esto, Bolívar volvió a escribir al gobierno federal pidiendo un reemplazo.

La respuesta del canónigo fue evasiva, así que el general de división exigió una entrevista presencial pero la petición fue denegada.

[93]​ Ante el peligro inminente, Bolívar decidió apartarse para evitar más divisiones y que se pudiera entablar una adecuada resistencia.

[92]​ Viendo tal división entre los patriotas, el capitán general de la Nueva Granada, Francisco José Montalvo y Ambulodi, envió parlamentarios a Cartagena para ofrecerles una alianza contra Bolívar, pero toda oferta fue rechazada.

La ofensiva siguió cuando Capmany asaltó Sabanilla, Soledad y todos los pueblos a orillas del Magdalena desde Barranca hasta su desembocadura.

El español Mariano Torrente llama a este comportamiento «generoso desprendimiento» de forma irónica,[99]​ pues considera que Bolívar uso la situación como un pretexto para escapar al ver perdida la guerra.

[101]​ Niega toda acusación y asume que la renuncia se debió a la voluntad del general venezolano de sacrificarse por una causa mayor.

[102]​ Marx afirma que las deserciones y enfermedades redujeron al ejército de Bolívar a 700 hombres.

[2]​ En cambio, Baralt sostiene que se perdieron 800 hombres por enfermedades durante el asedio.

Para llegar a esa conclusión se había basado en datos aportados por Restrepo y O'Leary.

[110]​ En cambio, en Santa Marta Morillo recibió numerosos auxilios, en buena medida porque los planes del Libertador jamás se llevaron a cabo.