Ataques de Serrasalminae en la cuenca del Plata

[12]​ Allí busca su habitual alimento: insectos, peces muertos, viejos o enfermos, además de cadáveres de mamíferos y aves, teniendo así una labor sanitaria para el ecosistema, evitando que los ríos se contaminen.

[15]​ En los humanos los ataques los dirigen hacia los dedos,[16]​ las manos en general, los pies y los talones;[11]​ en todas esas partes aplica profundas dentelladas.

[16]​ Las palometas o pirañas habitan en gran número en los ríos de Sudamérica cálida, y por causa de sus costumbres agresivas, son frecuentes los ataques a personas en las corrientes que componen la cuenca del Amazonas.

[12]​ Se han hipotetizado numerosas razones para justificar que en los ríos australes estos peces presentan una voracidad más contenida.

Estos cardúmenes se comportan como si en realidad fuesen un superorganismo, uniendo la seguridad y potencia que cada individuo aporta al conjunto, pasan a ser animales de temer, ya que en cada ataque se produce el llamado frenesí del cardumen.

Estos controladores biológicos son, entre otros, los yacarés (el overo y el negro), el lobito de río (Lontra longicaudis) y la nutria gigante (Pteronura brasiliensis); por ejemplo, las poblaciones de esta última que habitaban al sur del Pantanal hasta el Delta del Paraná fueron totalmente extinguidas.

Como estos peces están adaptados a detectar ínfimas proporciones de sangre disuelta en el agua,[13]​ y a direccionar sus ataques hacia la fuente de la misma, a más ataques, el nivel de sangre en ese pequeño sector del río aumentará, lo que derivará en una concentración inusitada de palometas que acudirán a saciar su apetito; en parte es por ello que se recomienda que ante la menor mordida se debe salir inmediatamente del agua.

[21]​ La agitación excesiva de las aguas que producen algunos bañistas resulta también un imán para las palometas, pues su instinto las lleva a sentir atracción frente al chapoteo de la superficie pues puede significar un animal herido o moribundo.

[14]​ Otras hipótesis son menos comunes y tienen menor sustento, como que las palometas son atraídas a la costa pues allí los pescadores descartan restos de sus faenas,[17]​ que curvas particulares del río lentificarían las aguas haciéndolas más adecuadas para las palometas,[17]​ etc.

[22]​[12]​ Este es el método que se emplea en el noroeste de la provincia de Corrientes, en balnearios situados en ecosistemas lénticos naturales —como la laguna Rincón, General Paz y la laguna Totora, San Cosme—,[23]​ Para algunos, las mallas más adecuadas deberían ser metálicas, pues las palometas pueden fácilmente cortar las redes construidas con hilos plásticos.

[17]​ El ictiólogo Raúl Adolfo Ringuelet reportó en 1969 que las pirañas constituían un problema en los lugares empleados como balnearios de las ciudades colindantes con el curso del río Paraná medio y superior, como ocurría en Santa Fe, en donde se cercaban las playas y se combatía a las que habitaban la laguna Setúbal empleando ictiotóxicos de acción más o menos selectiva (según el método que recomendaba el Instituto Nacional de Limnología).

[36]​ En balnearios situados en ecosistemas lénticos naturales —como la laguna Rincón, General Paz y la laguna Totora, de San Cosme—, se cerca sectores mediante la colocación de mallas o redes para evitar los ataques a bañistas.

[23]​ El padre José Francisco Sánchez Labrador (1717-1798) fue un misionero naturalista que predicó en el Paraguay colonial.

Palometa mora ( Pygocentrus nattereri ), una de las más peligrosas pirañas del Plata, responsable de muchos de los ataques en la cuenca Amazónica .
Cardumen de palometa mora ( Pygocentrus nattereri ).
Cardumen de palometa mora ( Pygocentrus nattereri ).
Playas de la ciudad de Rosario , sobre la ribera del río Paraná .