Cuando Leopoldo fue declarado mayor de edad en 1715, Augusto Luis intentó reclamar sus derechos según el viejo sistema, pero finalmente Leopoldo le obligó a renunciar a ellos.
Sin embargo, pronto tuvo que afrontar disputas con su cuñada, la princesa viuda Carlota Federica de Nassau-Siegen (quien buscaba el pago de su dote como viuda), y su sobrina, Gisela Inés (que reclamaba su parte de la herencia).
Para Gisela Inés, la suma por su herencia alcanzaba los 335.000 táleros por año.
Estos pagos dejaron a Anhalt-Köthen profundamente endeudado.
Augusto Luis intentó enderezar los problemas fiscales creados mediante obligaciones sobre sus hermanos, aunque sin éxito.