Autobús urbano de Cáceres

Hasta la década de 1980, Cáceres era una ciudad pequeña, aunque ya estaba en constante y rapidísimo crecimiento.

El municipio acababa de superar los cuarenta mil habitantes en 1950 y los sesenta mil en torno a 1975,[6]​ pero su población seguía concentrándose casi exclusivamente en el actual distrito Centro, con un ensanche relativamente fácil de recorrer a pie.

[7]​ En la Posguerra, un ex guardia civil de Navas del Madroño había dejado la función pública para establecer en Cáceres una empresa de autobuses llamada "Autobuses Urbanos Gómez, SA", más conocida como "Augosa".

[5]​[7]​[8]​ El fundador de esta empresa fue Santiago Gómez Galán, quien llevaba la línea interurbana que unía Cáceres con Malpartida, Arroyo y Brozas; sin embargo, quien dirigía el negocio en la capital provincial era su nieto, Luis Críspulo Gómez.

Los primeros autobuses cacereños eran blancos, con un zócalo publicitario azul bajo las ventanas de los pasajeros.

[5]​[8]​ Al tratarse de una ciudad pequeña, la concesión resultaba muy poco rentable para la compañía.

La línea 2 pasó a ser la única que unía dos puntos periféricos, al ampliar su recorrido hacia Pinilla.

La trampa oculta residía en que los nuevos propietarios (generalmente hipotecados por el elevado precio)[14]​ eran mayoritariamente otros jóvenes de esas zonas rurales, que principalmente venían a trabajar al propio sector de la construcción, para construir nuevas viviendas para el siguiente turno de nuevos habitantes.

[7]​[16]​[17]​ La realidad era que ese infinito no existía, pues muchas localidades rurales de la penillanura trujillano-cacereña comenzaron entonces a perder población joven por este éxodo rural generado artificialmente, que concentró a la población de la provincia en sus principales localidades.

Aunque se mantuvo la estructura de 1989, las líneas 2, 4 y 6 sufrieron grandes modificaciones para adaptarse a la nueva ciudad.

[5]​[7]​ La empresa Busursa logró sobrevivir durante dos décadas a los continuos problemas que le provocaban los cambios en las líneas, pero en torno al año 2010 acabó colapsando económicamente por la situación de crisis que vivía el país.

[24]​[25]​ El ayuntamiento tenía un dilema importante: la extensión que había alcanzado el casco urbano hacía imposible cancelar el servicio de autobús, algo que hubiera llevado a la ciudad al caos, pero tanto el ayuntamiento como la empresa estaban cada día más asfixiados económicamente con numerosas deudas.

El acuerdo fue inmediatamente autorizado por el pleno municipal en pocos días, debido a la urgencia de la situación.

[32]​[33]​ La llegada de una nueva empresa con experiencia permitió analizar detenidamente el origen del problema que padecía la red.

Se suprimió el autobús del Ferial, que dejó de existir como línea y pasó a ser un servicio excepcional en días festivos.

[40]​ Finalmente, el ayuntamiento logró convocar en 2014 el nuevo concurso que pondría fin a la crisis de Busursa, a fin de encontrar una empresa que gestionase el servicio hasta 2024, prorrogable hasta 2027.

Subús mostró interés en continuar, al considerar aceptables las decisiones que había ido tomando el ayuntamiento en los tres años anteriores.

Subús logró ganar el concurso con un importante plan para reducir el déficit del servicio.

Sin embargo, se creó una línea 10 con lo que hasta entonces era la mitad septentrional del trazado de las líneas 8 y 9, que pasaron a llegar solamente hasta la zona del paseo de Cánovas.

[44]​[45]​ Como Subus ya era concesionaria y no una simple empresa sustituta, comenzó a elaborar una serie de estudios con los que propuso al ayuntamiento el que sería por fin un mapa estable de líneas.

[48]​ El mapa del autobús urbano de 2017 ha sido el más estable que ha tenido Cáceres en más de treinta años, pues en la década siguiente solamente se han hecho modificaciones mínimas, debido al estancamiento demográfico y urbanístico que sufre la ciudad.

[49]​ En 2024 se decidió activar la prórroga de la concesión, lo que permitirá a Subus continuar como concesionaria probablemente hasta 2027, cuando el ayuntamiento convocará un nuevo concurso, en el que se decidirá si esta empresa continúa o aparece una cuarta empresa en la historia de los autobuses urbanos cacereños.

Las líneas son las siguientes:[4]​ Por último, además de las once líneas señaladas, existen tres rutas que el mapa oficial no considera actualmente líneas, sino más bien servicios excepcionales: servicios a petición previa para ir a Cáceres desde Estación Arroyo-Malpartida o Rincón de Ballesteros (solo funcionan los lunes, miércoles y viernes por la mañana, con un viaje de vuelta al mediodía) y una ruta en determinados días festivos que lleva al Ferial.

[51]​ Las nuevas instalaciones fueron sufragadas por Subús como parte del contrato firmado en 2014, y costaron un millón de euros a la empresa, que se rentabilizarían en seis años con el ahorro de combustible.

Las marquesinas cacereñas ni siquiera tienen cierre lateral, aunque suelen acompañarse de una estructura publicitaria.

[53]​[54]​ Desde 2015, en algunas paradas se han instalado paneles informativos sobre la llegada de los próximos vehículos; este sistema solamente funciona en las paradas principales, ya que esta información se puede consultar a través de la página web con el teléfono móvil.

[3]​[5]​ El punto en el que se cruzan las ocho líneas regulares es el extremo norte del paseo de Cánovas: todas las líneas cuentan con parada a escasos metros de dicho punto.