En 1953 Nena Coronil fundó el Ballet Nena Coronil, como una plataforma para que sus alumnos de la Escuela Nacional de Ballet tuvieran una compañía profesional en donde trabajar.
Estuvo conformada, en sus inicios, por la primera generación de bailarines venezolanos que se iniciaron en la Cátedra de Ballet del Liceo Andrés Bello, luego en el Club de Ballet, ambas agrupaciones dirigidas por los bailarines argentinos Hery y Luz Thomson, y después en la Escuela Nacional de Ballet.
También pertenecieron a esta compañía en esa época los venezolanos Belén Lobo, Maruja Leiva, Alfredo Pietri, Vicente Abad, Tulio de la Rosa, Domingo Renault y la mexicana Carola Montiel, entre otros.
Ese mismo año Margot Contreras funda el Ballet Interamericano de Venezuela, de corta duración, y en 1957 regresa Irma Contreras al país y funda junto a su hermana el Ballet Nacional de Venezuela.
Estas nuevas escuelas y compañías absorbieron a la mayoría del talento humano, tanto bailarines como maestros, de la Escuela Nacional de Ballet y del Ballet Nena Coronil, que prontamente se disolvieron.