Batalla de Atenas (199 a. C.)

El ejército macedonio fue visto acercándose por los atenienses desde la Acrópolis, quienes advirtieron a los residentes de la ciudad.

Cuando a la mañana siguiente llegó el ejército de Filipo a las afueras de la ciudad, se encontró con unos defensores bien preparados en los muros.

Después de una lucha violenta, en la que el rey tomó parte, los atenienses mantuvieron sus posiciones en la puerta.

Cuando Filipo se retiró a un lugar seguro, los atenienses cerraron la puerta una vez más, y se escondieron detrás de los muros.

En represalia por este fracaso, Filipo ordenó incendiar los edificios en las afueras de Atenas, entre ellos estaba el templo de Heracles.