Sitio de Eretria (198 a. C.)

La ciudad se defendió y pidió el apoyo de Filocles, comandante macedonio de Filipo V, gobernador Calcis.

En esta situación, los defensores comenzaron negociaciones con Atalo de Pérgamo, a quien pidieron misericordia.

Durante las conversaciones con el rey de Pérgamo, los romanos lograron entrar en la ciudad.

Después de refugiarse en la Acrópolis, los defensores se rindieron rápidamente y los romanos saquearon la ciudad.

Una suerte similar corrió Caristo, donde después de pagar un rescate Flaminino dejó libre a la gente de la ciudad y a los trescientos macedonios que la defendían.