Batalla de Cabo Norte

La Kriegsmarine y la Luftwaffe habían intentado repetidamente atacar los convoyes aliados desplegando submarinos, atacando con aviones torpederos (Heinkel He-111), obteniéndo algunos importantes éxitos iniciales; pero los aliados habían decidido proporcionar una fuerte escolta a sus convoyes tanto de ida como de vuelta, lo que dificultaba la aproximación y ataque subsecuente con el riesgo de involucrar a las unidades alemanas a combates forzados.

estaba escoltado por un acorazado, diez destructores, dos dragaminas, dos corbetas, más una cobertura aérea inicial.

Al amanecer del 26 de diciembre, los destructores alemanes que iban a la vanguardia apenas podían dar 10 n de andar, Fraser ordenó arrumbar hacia el norte a las primeras horas del alba (que en esa latitud es aún de oscuridad), dejando a los destructores seguir su derrotero un poco más al sur para luego arumbar en la misma dirección.

En esas latitudes y época del año, la luz diurna duraba hasta las 14 horas (aprox.

El puesto director de popa también resultó afectado por otro impacto a popa y radió su situación a Dönitz pensando en abortar la misión, pero un mensaje cifrado desde un submarino que indicaba la nueva posición del JW-55B hizo que el mismo Bey decidiera no abandonar la operación.

Ordenó romper el contacto con el enemigo, alcanzando la velocidad máxima de 30 n y consiguiendo dejar atrás a sus atacantes, que con esas condiciones de mar apenas alcanzaban los 25 n. El Scharnhorst se dirigió hacia la última posición conocida del convoy, ordenando a sus destructores que arrumbaran en la misma dirección.

Pero esta vez fue el Scharnhorst el que hizo blanco en ambos cruceros, provocándoles daños de mediana consideración.

Considerando el daño del radiotelémetro y las condiciones de mar imperantes, fue una proeza que el crucero alemán diera en el blanco.

Por fin, Bey decidió desistir de atacar el convoy al percibir que estaba muy bien protegido y arrumbó hacia el sur en pos del Cabo Norte para luego ingresar al fiordo de Alten.

Bey ordenó dar toda la maquinaría para lograr escapar de la trampa, alcanzando los 31 nudos y dejando atrás a sus perseguidores.

Al hundirse, una descomunal explosión submarina es percibida en el lugar donde había desaparecido el crucero alemán.

Contralmirante alemán Erich A. Bey
Almirante Sir Bruce Austin Fraser .
Isla de los Osos (Noruega) frente a la cual se hundió el Scharnhorst
Placa conmemorativa de la Batalla del cabo Norte