Batalla de Inab

Raimundo y su vecino cristiano, el conde Joscelino II de Edesa, habían sido enemigos desde que el primero se negó a enviar un ejército para socorrer a la sitiada Edesa en 1146.

Sintiéndose confiado porque había derrotado dos veces a Nur ad-Din anteriormente, el príncipe se lanzó contra él con un ejército de cuatrocientos caballeros y mil peones.

Nur ad-Din estaba asombrado por la debilidad del ejército enemigo, por lo al comienzo creyó que el enemigo lo acometía únicamente con la vanguardia y que el ejército franco principal debía estar al acecho cerca.

[2]​ Al acercarse la fuerza combinada, Nur ad-Din levantó el sitio de Inab y se retiró.

[2]​ Sin embargo, tanto él como Ibn-Wafa perecieron en la lid, junto con Reinaldo de Marash.

Nur ad-Din cabalgó hasta la costa y se bañó en el mar para simbolizar la conquista de la región.

El emir despachó al grueso de su ejército a sitiar Apamea.

La ciudad se dividió entre los partidarios de la rendición y los que propugnaban la resistencia.

Los primeros tenían por caudillo a la viuda de Raimundo, Constanza, y al patriarca, Aimery de Limoges, y se impusieron: se pagó un rescate a Nur ad-Din para que abandonase el cerco de la ciudad; parte del dinero provino del tesoro del patriarca.

Recuperación del cadáver de Raimundo después de la batalla