Batalla de Llantada

El reparto de la herencia entre todos los hijos de Fernando I nunca satisfizo a Sancho, que siempre se consideró como el único heredero legítimo, por lo que inmediatamente se movilizó para intentar hacerse con los reinos que les habían correspondido a sus hermanos en herencia.

Al fallecer en 1067 la reina Sancha de León, comenzaron las disputas con su hermano Alfonso, al que se enfrentó, el 19 de julio de 1068, en Llantada.

Sancho derrotó a su hermano Alfonso, que huyó.

En esta batalla, Sancho y Alfonso pactaron que el que resultara vencedor en ella obtendría el reino del otro, por lo que tuvo el carácter de duelo judicial.

La batalla provocó la desaparición del pueblo de Llantada y del cercano barrio de Fuentepiñel.