El aeródromo de Tatsinskaya era una importante base logística para la Wehrmacht, pues los aviones que partían de allí estaban encargados del puente aéreo destinado a sostener la resistencia del Sexto Ejército Alemán atrapado en Stalingrado.
Un tanque ruso incluso chocó contra un Junkers Ju 52 que avanzaba por la pista dispuesto a despegar, destruyendo ambos vehículos.
El propio general Fiebig huyó apresuradamente con su estado mayor a las 6:15h en el último avión disponible, mientras las instalaciones del aeródromo eran destrozadas por el ataque soviético.
Varios aviones fueron destruidos cuando aún se encontraban en los vagones de ferrocarril en los que habían llegado desmontados.
Luego, «durante cinco días enteros, el cuerpo blindado mantuvo la Base de Tatsinskaya, oponiendo una feroz resistencia a las reservas enemigas».
Ciertamente la retirada soviética ayudaba a que las fuerzas alemanas taparan la brecha conseguida por el 24.º Cuerpo de Tanques pero finalmente, el 28 de diciembre los soviéticos lograron huir del aeródromo que habían tomado y volvieron a sus posiciones iniciales.
Además, el audaz ataque soviético a Tatsinskaya había probado que la vecina localidad de Morosovskaya tampoco era un lugar seguro para los aviones.
Días después los alemanes utilizaron un nuevo aeródromo reformado a toda prisa en Salsk (al sureste de Rostov) para continuar con el puente aéreo junto a los 124 aviones alemanes Junkers Ju 52 y Junkers Ju 86 que lograron huir de Tatsinskaya.
[5] La Stavka se apresuró a reconocer el logro excepcional del 24.º Cuerpo de Tanques.