Batalla del Pepino (1868)

[5]​ Pérdidas como estas son significativas al tomarse en cuenta el poco número de armas y municiones con las que contaban las fuerzas revolucionarias.

La prisa provocada por el arresto de González, tuvo aquí una influencia importante en las decisiones tomadas por parte del liderato revolucionario.

Una vez instituida la República en Lares (23 de septiembre), el nuevo gobierno, presidido por Francisco Ramírez, nombró comandante general a Juan M. Terreforte y Jefe General a Manuel Rojas.

Estos dos revolucionarios le aseguraban a las fuerzas rebeldes que podían obtener el apoyo de las milicias del pueblo de El Pepino una vez comenzado el ataque.

El gobierno colonial español, con sede principal en San Juan, llevaba décadas contemplando la posibilidad de un levantamiento organizado en la isla.

"Olga Jiménez, El Grito de Lares: sus causas y sus hombres.

Como consecuencia se puso en estado de alerta a todas las comandancias y se empezaron a movilizar efectivos hacía la zona Oeste de Puerto Rico.

El Coronel San Antonio se encargó de preparar las defensas del pueblo.

[4]​ Al recibir las noticias del alcalde Chiesa, el comandante de Aguadilla envió al Corregidor Jacinto García Pérez con un destacamento de 25 soldados a El Pepino para investigar los sucesos.

[9]​"Muse [revolucionario capturado] señaló que los oficiales revolucionarios se distinguían entre la multitud "usando una cuerda (banda de brazo) tricolor, y cinta también tricolor alrededor del sombrero."

[4]​ Las fuerzas revolucionarias, unidas bajo el mando común del General Rojas, iniciaron su segunda ataque desde el extremo sur de la plaza.

[6]​ Justo cuando a los defensores del pueblo se le empezaban a acabar las municiones llegaron los 25 soldados españoles al mando del Corregidor García Pérez de Aguadilla.

[6]​ Las fuerzas revolucionarias retrocedieron, pero a diferencia del primer ataque, esta vez fueron perseguidas por las tropas regulares y las milicias de El Pepino.

Los rebeldes fueron empujados hasta al otro lado del puente que cruza el río Culebrinas.

Se preguntaban que probabilidades tendrían de resistir una confrontación armada con las tropas españolas, en vista de que no les había sido posible defender el arsenal del Pepino.

"Olga Jiménez, El Grito de Lares: sus causas y sus hombres.

[6]​ Las fuerzas españolas, a su vez, no emprendieron una persecución durante la retirada final del ejército revolucionario.

El liderato de las fuerzas españolas prefirió mantener control firme sobre el pueblo, alertar a las comandancias militares cercanas y esperar la llegada de refuerzos militares.

La falta de comunicación entre los líderes revolucionarios condujo a que se soltaran, sin causa conocida, a muchos de los presos españoles capturados al inicio del Grito.

En color rojo: fuerzas revolucionarias. En color azul: los vecinos y milicias de El Pepino
En color rojo: fuerzas revolucionarias. En color azul: los vecinos y milicias de El Pepino
En color rojo: fuerzas revolucionarias. En color azul: los vecinos y milicias de El Pepino
En color rojo: fuerzas revolucionarias. En color azul: los vecinos y milicias de El Pepino
En color rojo: fuerzas revolucionarias. En color azul: los vecinos y milicias de El Pepino
En color rojo: fuerzas revolucionarias. En color azul: los vecinos y milicias de El Pepino. En color verde: la tropa de 25 soldados regulares españoles.
En color rojo: fuerzas revolucionarias. En color azul: los vecinos y milicias de El Pepino. En color verde: la tropa de 25 soldados regulares españoles.