Tanto la China de la dinastía Qing como Japón estaban interviniendo en Corea contra la Revuelta campesina Donghak.
Mientras que China buscaba mantener su soberanía sobre Corea, Japón quería aumentar su esfera de influencia.
Ambas naciones contaban con tropas estacionadas en Corea, como había sido solicitado desde diferentes facciones dentro del gobierno coreano.
Como promesa, el destacamento Asan recibiría la protección de otros navíos chinos que operaban en aguas coreanas.
El Yoshino salió a la caza del Jiyuan, pero por razones desconocidas, fue incapaz de alcanzarla, siendo más este veloz que el navío chino.
Tras una protesta formal alegando la neutralidad de la bandera británica, el capitán inglés, Thomas Ryder Galsworthy, aceptó las demandas japonesas.
Unos pocos de los tripulantes (incluyendo al asesor militar alemán, el Mayor Constantin von Hanneken) lograron escapar a nado, siendo rescatados por un pescador local.
Ya en el agua, fue tiroteado y herido por los chinos, pero logró ser rescatado por los japoneses junto con otros supervivientes europeos.
(más conocidos por su importante papel en el comercio de opio con China) protestaron en la prensa británica y demandaron compensaciones económicos al gobierno japonés.
El armazón quedó destruido durante la operación y solo se recuperaron unos pocos artefactos de escaso valor económico.