Bendita sea tu pureza es una oración católica en forma de décima, dedicada a la Inmaculada Concepción.
La primera de ellas atribuye la oración a fray Antonio Panes (1621-1676), místico franciscano.
El franciscano habría compuesto la décima en honor de la Inmaculada Concepción, mientras vivía en Priego hacia 1640.
[6] Durante este siglo la oración se introdujo en diversos devocionarios,[7][8] y fue puesta en música por varios autores, entre ellos Cándido Candi,[9] Urbano Aspa[10] y Remigio Ozcoz.
A Ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón.