El pueblo en el que nació era de labradores pobres, en donde se le inculcó el cristianismo.
Debido a su falta de estudios iniciales, tuvo alguna dificultad.
Se le retrasó la primera profesión y, también, el noviciado.
Por eso, cuando se le ordenó cambiar de lugar en 1933, los alumnos y sus familias intentaron impedirlo.
Pero Benjamín, con obediencia, acató la orden y se fue al lugar donde lo habían mandado, Turón.