Durante la primera guerra judeo-romana, comenzó una relación amorosa con Tito Flavio Vespasiano, futuro emperador.
[2][3] Según Josefo, también hubo un hermano más joven, llamado Druso, que murió antes de entrar en la adolescencia.
[7] Sin embargo, el matrimonio no duró y ella pronto volvió a la corte de su hermano.
Josefo no es el único escritor antiguo que sugiere la existencia de una relación incestuosa entre Berenice y Agripa.
[12] Del mismo modo, el ruego que hizo al legado de Siria, Cayo Cestio Galo, no obtuvo respuesta.
Mientras tanto, Cestio Galo se trasladó a la región con la Duodécima legión, pero fue incapaz de restaurar el orden y fue derrotado en la batalla de Beth-Horon, por lo que los romanos se vieron obligados a retroceder hasta Jerusalén.
[17] Con una fuerza de sesenta mil soldados profesionales, los romanos rápidamente barrieron Galilea y para el año 69 marcharon sobre Jerusalén.
No están claras las razones de esta larga ausencia, pero se ha relacionado con la posible oposición a su presencia por parte de Cayo Licinio Muciano, un aliado político del emperador Vespasiano que murió en algún momento entre el año 72 y el 78.
[22] El historiador antiguo Dión Casio escribe que Berenice estaba en la cumbre de su poder en esta época,[22] y si puede demostrar en alguna medida cuán influyente era, Quintiliano narra una anécdota en sus Institutio Oratoria donde, para su asombro, se encontró defendiendo un caso por cuenta de Berenice con ella misma presidiendo como juez.
[21] Su hermano Agripa murió alrededor del año 92, y con él llegó a su fin la dinastía herodiana.
En la historia moderna, sus aspiraciones como potencial emperatriz de Roma han llevado a que se la describa como «una Cleopatra en miniatura».