Billete de cien euros

Es una tarea del Eurosistema para garantizar un suministro eficiente y sin problemas del euro y para mantener su integridad a toda la zona euro.

[2]​ Durante sus tres primeros años de existencia, el euro era una moneda virtual porque sólo se utilizaba en contabilidad.

Durante la primera serie solamente variaba la firma del presidente del BCE conforme variaba la persona que ocupaba el cargo en el momento de su impresión, aunque en todos figura el año 2002, que es el año de introducción de la serie.

[7]​ El nuevo diseño corrió a cargo de Reinhold Gerstetter, el cual continúa inspirado en el tema «Épocas y estilos arquitectónicos europeos» de la primera serie que diseñara Robert Kalina, lo que permite a los usuarios reconocer fácilmente los nuevos diseños.

[8]​ Algunas diferencias notables con respecto al diseño anterior son que los nuevos billetes tienen números más grandes, la representación de Malta y Chipre (ya que en la primera serie Malta no figuraba debido a su tamaño y Chipre tampoco por estar demasiado al este) y un retrato de la princesa Europa (perteneciente a la mitología griega), la cual da nombre al continente.

Los nuevos billetes también muestran la palabra «EBPO», es decir, ‘Euro’ escrito en alfabeto cirílico, dada la adhesión de Bulgaria a la Unión Europea en 2007.

[11]​ Ya que un usuario que recibe un billete falso no puede recibir ninguna compensación por él, y ante su detección, las entidades bancarias tienen orden de retirarlos inmediatamente, el BCE y los bancos centrales nacionales recomiendan estar alerta y reconocer los billetes falsos bajo el método de tocar-mirar-inclinar.

[12]​ El objetivo es registrar tantos datos como sea posible para conocer detalles sobre su propagación: como desde donde a donde viajan, hacer un seguimiento y generar estadísticas y rankings, como por ejemplo, en qué países hay más billetes.

Marca de agua del billete de 100 euros (primera serie)
Ampliación de la microescritura en el billete de 100 euros (primera serie)