Por la misma época en la que nacía Benjamín Franklin, el padre Suárez escudriñaba el firmamento nocturno apuntando todo lo que veía en su cuaderno de notas, siguiendo las trayectorias del sol, la Luna y los planetas.
Las observaciones del padre Suárez llamaron la atención y despertaron interés.
Además de astrónomo, Buenaventura Suárez fue científico, geógrafo y matemático.
También fabricar globos terráqueos y celestes, construir un reloj solar e instrumentos de medición, efectuar acertados pronósticos meteorológicos, elaborar un calendario y confeccionar un herbario, clasificando las diversas especies de la región.
Según refiere Ricardo N. Alonso, investigador del Conicet, cuando el sabio español Félix de Azara pasó por la región de Misiones, descubrió abandonados los primitivos instrumentos con los que el padre Buenaventura hizo sus estudios.