Muchas plantas anuales son efimerofitos, crecen, florecen, y mueren durante la corta estación lluviosa.
Está localizada entre 3°S 45°W y 17°S 35°W, a través de ocho estados brasileños: Piauí, Ceará, Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Alagoas, Sergipe, Bahía y parte de Minas Gerais.
La poca agua que tienen frecuentemente está sucia y la gente puede morir al beberla.
Son los vientos alisios del NE, E y SE los que soplan con mayor intensidad en la época seca.
Durante los periodos secos del invierno no hay follaje ni maleza.
Con la llegada de la lluvia, el paisaje desértico gris empieza a transformarse en una tierra mucho más verde.
Las pequeñas plantas empiezan a crecer en el ahora suelo húmedo y de los árboles brotan hojas verdes.
[2] Este ecosistema se encuentra tan alterado que quedan solo algunas pocas áreas del hábitat original.
Lo más sorprendente es que la Caatinga solo existe en Brasil y apenas el 1 % de su territorio está protegido.
La Caatinga se puede dividir según los tipos de vegetación en ocho zonas distintas.
Muchos árboles se utilizan también para madera en esta zona, incluyendo especies como: Anadenanthera macrocarpa, Ziziphus joazeiro, Amburana cearensis, Astronium fraxinifolium, Astronium urundeuva, Tabebuia impetiginosa, Tabebuia caraiba y Schinopsis brasiliensis, Cedrela odorata, Dalbergia variabilis, Didymopanax morototoni y Pithecellobium polycephalum.
Muchas especies se han extinguido a nivel local y otras como el armadillo de tres bandas, el oso mielero, el jaguar y el mono capuchino robusto, están en grupos reducidos.
Las plantas frutales se cultivan en los suelos fértiles tanto para su consumo local, como para exportarlos procesados o no.
Algunas regiones empiezan a desarrollar cultivos de regadío, principalmente áreas del río São Francisco.
Las granjas a lo largo del río São Francisco están exportando actualmente uvas, papayas y melones.