Posee una capacidad para 6 plazas en literas y es gestionado por un guarda que ofrece todos los servicios que se pueden encontrar en un refugio de montaña: comidas, cenas, desayunos, refrescos y bebidas calientes.
Se construyó utilizando la cúpula metálica procedente de la batería antiaérea del portaaviones estadounidense USS Palau, que se encontraba desguazándose en Sestao (Vizcaya).
[4] Se tardaron ocho días en montar las piezas y materiales, los cuales se subieron a lomos de caballos debido al coste elevado que suponía el uso de un helicóptero.
[2] Durante años el estado de abandono y la desidia lo convirtió en una ruina e incluso sufrió un incendio, llegándose a pensar entonces en su demolición, aunque finalmente se restauró.
Posteriormente estuvo Carlos León Revuelta, y desde 2018 lo es Jorge David Dinis.