Campaña del Cantábrico de 1937

No se sabe si el capitán del España, el capitán de navío López Cortijo, desconocía la posición del campo minado o éste no estaba bien señalizado.

[11]​ Dada la desconfianza que despertaban los oficiales de la Armada republicana en el Cantábrico, los nacionalistas vascos no aceptaron que sus buques estuvieran bajo el mando del Estado Mayor de la Flota republicana.

Lo mismo hicieron el comandante del José Luis Díez, Evaristo López, y tres oficiales más.

[13]​ El bloqueo impuesto por la flota del bando sublevado se vio dificultado por la Royal Navy, que tenía en estas aguas al crucero de batalla HMS Hood (que "con sus 42 000 toneladas, sus ocho cañones del 203 y sus 31 nudos de velocidad, era el buque más poderoso del mundo"),[14]​ que sería relevado por los acorazados HMS Royal Oak y HMS Resolution, el crucero Shropshire y varios destructores (Blanche, Brazen, Beagle, Brilliant y Firedrake) que protegían a los mercantes británicos hasta aguas territoriales españolas, con lo que llegaban con facilidad víveres (solo quedaban tres millas) a los puertos republicanos (una ley aprobada por el parlamento británico, de mayoría conservadora, el 4 de diciembre de 1936 llamada Merchant Shipping (Carriage of Arms to Spain) Act prohibía que barcos británicos transportaran material de guerra a España).

[15]​ La crisis se produjo el 6 de abril cuando el crucero Almirante Cervera intento impedir el paso al puerto de Bilbao del mercante británico Thorpehall lo que provocó la rápida intervención del destructor británico Brazen, al que pronto se sumaron los destructores Brilliant y Blanche.

El gobierno británico reunido al día siguiente reafirmó su política de no reconocimiento del bloqueo nacional, aunque realizó una concesión al advertir a los armadores británicos de los peligros que podían correr sus barcos en la costa vasca.

A cinco mercantes se les recomendó que fondeasen en San Juan de Luz, en la costa francesa, y no siguiesen hasta Bilbao.

[16]​ El 13 de abril el presidente del gobierno vasco Aguirre comunicó a Londres que los cinco mercantes no correrían ningún peligro si se adentraban en aguas jurisdiccionales españolas porque serían protegidos por los bous vascos y por las baterías costeras, y además el puerto de Bilbao había sido limpiado de minas.

Entonces el 22 de abril tres mercantes británicos más se hicieron a la mar (Macgregor, Hamsterley y Stanbrook) pero fueron detenidos por el crucero Almirante Cervera lo que motivó la intervención del Hood y de un destructor que le comunicaron que no tenían derecho "a parar barcos británicos fuera de las aguas territoriales".

[18]​ Tras la toma de Bilbao, en la que los sublevados se apoderaron del Bou Araba, que fue rebautizado Alava, y la base naval de Pasajes fue transferida allí, continuó el avance hacia Santander y el bloqueo naval.

Así pues, en Santander volvió a hacerse patente la ineficacia de los destructores Císcar y José Luis Díez para proteger a los barcos que seguían esforzándose en burlar el bloqueo, mientras el C-2 seguía casi permanentemente averiado.

"La brújula no funcionaba y la dotación, inmensamente cansada, sufría hasta hambre", señala Michael Alpert.

[20]​ Así que a principios de septiembre de 1937 Asturias solo contaba para su defensa naval con el destructor Císcar y con el submarino C-6 con mando ruso, y ambos fueron hundidos a mediados del mes siguiente.

"Otras personas buscaron cualquier medio de escapar en remolcadores, barcazas y pesqueros.

(...) Así terminó la guerra naval en el Norte de España, con pena y muy poca gloria".

Se refugió en Gibraltar, y en diciembre de 1938, al intentar unirse a la flota republicana, fue inutilizado por el minador Vulcano.

El acorazado británico Royal Oak visto por proa.