Formó parte de la rebelión cantonal iniciada por el «Cantón Murciano» proclamado en Cartagena doce días antes.
Inmediatamente se formó una Junta Revolucionaria, presidida por el diputado republicano federal Pedro Martín Benitas, a quien acompañaban el también diputado Santiago Riesco (por el distrito de Ciudad Rodrigo), Ignacio Periáñez, Joaquín Hernández Agreda y Casimiro García Moyano.
Sin embargo, la Junta Revolucionaria estaba dispuesta a acatar las decisiones de las Cortes Constituyentes, tal como quedó recogido en le manifiesto que hizo público.
[1][4] La Junta Revolucionaria se marcó tres objetivos prioritarios: mantener el orden, garantizar el derecho de propiedad y ordenar que tomaran posesión los nuevos concejales del Ayuntamiento elegidos en las elecciones municipales celebradas el 12 de julio.
Dos días después llegaba a Salamanca el gobernador civil de Ávila para intentar alcanzar un acuerdo entre los insurrectos y las fuerzas gubernamentales.
[1][6] En el acuerdo desempeñó un papel destacado una comisión de la Diputación Provincial que viajó a Madrid para parlamentar con el Gobierno.