Capitalismo de vigilancia

[3]​ Esto puede tener importantes consecuencias para la vulnerabilidad y el control de la sociedad, así como para la privacidad.

Sin embargo, la mayor recopilación de datos también puede tener ventajas para los individuos y para la sociedad, como la autooptimización (el yo cuantificado o quantified self),[3]​ las optimizaciones societales (como en las ciudades inteligentes) y la creación y optimización de servicios (por ejemplo, a través de diversas aplicaciones web).

Igualmente varias empresas dedicadas a las redes sociales han usado estas brechas legales para la venta de datos.

[cita requerida] Oliver Stone, director de la película Snowden, apuntó al videojuego basado en la ubicación Pokémon Go como la «última señal del fenómeno emergente del capitalismo de vigilancia».

[12]​ Según Trebor Scholz, las empresas utilizan a las personas como informantes para este tipo de capitalismo.

[5]​ Asimismo, plantea la pregunta: «¿seremos los dueños de la información o seremos sus esclavos?», y declara que «si el futuro digital va a ser nuestro hogar, entonces somos nosotros quienes debemos hacer que así sea».

[23]​ En apoyo a lo establecido por Zuboff, el autor José Antonio Estévez Araujo redacta una obra con el fin de analizar los cambios de algortimos en el mundo digital, y como empresas gigantes y otras más pequeñas que están los medios digitales recopilan millones y millones de datos de los usuarios, y esto logra clasificar a todos los usuarios, volviendo predecible al usuario frente al sistema, ya que este reconoce nuestras conductas.

Los temas tratados durante su obra quieren dar a entender cómo las diferentes formas en que la este sistema al que se refiere Zuboff maneja y controla todas las relaciones humanas a través del uso de programas, se cuestiona la neutralidad del uso de la tecnologías, así como hasta el gobierno mantiene vigilada a cada persona, mencionando que este control de personas solo se debería regular para aquellas personas que sean peligrosas o sospechosas, volviendo así a los dilemas político-éticos que se menciona al principio de su obra.

El término «capitalismo de vigilancia» también ha sido empleado por los economistas políticos John Bellamy Foster y Robert W. McChesney, aunque con un significado diferente.

[32]​El uso de datos personales para someter a individuos a categorización y posiblemente influenciarlos políticamente destaca cómo las personas pueden quedar sin voz ante el mal uso de datos.