Carlos Laborda

La casa solariega de la familia subsiste en la actualidad y está datada en los siglos XVI-XVII.

Por motivos que se desconocen, estuvo exiliado en Francia durante el Trienio Liberal (1820-23).

En 1831, a instancias del arzobispo de Zaragoza Bernardo Francés, aceptó el obispado de Palencia para el que había sido propuesto por Fernando VII.

[3]​ En este contexto, cuando el gobernador civil de Palencia solicitó al obispo el censo de los edificios que debían ser desocupados y del clero que debía ser exclaustrado, Laborda abandonó inesperadamente su diócesis "por no permitir su conciencia cumplir algunos de los Reales Decretos que se le habían comunicado por el Ministerio de Gracia y Justicia".

Con la intención de encaminarse a Santander y desde allí embarcar al extranjero, emprendió la fuga disfrazado de comerciante, con un pasaporte falso y cerca de cuarenta mil reales en oro, pero a la altura de Villalta fue detenido por los carabineros, y conducido a Poza para después ser juzgado en Burgos.