Carlota Federica de Mecklemburgo-Schwerin

En 1808 tuvo al que sería el único hijo del rey, el príncipe Federico (futuro Federico VII de Dinamarca).

Mantuvo una escandalosa aventura amorosa con el cantante y compositor francés Édouard Du Puy, lo que le valió el divorcio del príncipe en 1810 y la prohibición de volver a ver a su hijo.

Los siguientes años de su vida los pasó principalmente en un palacio en Horsens, en Jutlandia, donde sostuvo nuevas relaciones sentimentales con oficiales de la guarnición militar de la localidad.

En 1829 viajó a Italia, estableció definitivamente su domicilio en Roma y se convirtió a la fe católica.

Sus restos reposaron inicialmente en el Cementerio Teutónico, en la Ciudad del Vaticano.