Carratraca

En el casco urbano de Carratraca destaca poderosamente el conjunto arquitectónico formado por la casa de Doña Trinidad Grund, convertida en Ayuntamiento, y la torre próxima a dicha casa.

Desde las terrazas de este conjunto se obtienen bellas panorámicas del entorno.

La situación estratégica de estas tierras, entre dos poblaciones con una rica historia, como son Álora y Ardales, tuvo que favorecer la presencia del hombre en ellas desde muy antiguo.

Don José Salgado escribió una monografía en 1725, donde hace constar que en esta zona no existía más que una sola casa, conocida por el nombre de Cortijo de Aguas Hediondas.

Según la tradición, el descubrimiento de las propiedades terapéuticas de las aguas lo realizó un mendigo, Juan Camisón, llamado así porque su única vestimenta consistía en un largo y gran camisón para que no le molestaran las llagas que cubrían todo su cuerpo.

Este hombre llegó a un cortijo situado junto al manantial para implorar la caridad de sus habitantes, y observó que un cabrero echaba el agua a los animales que tenían úlceras en su piel, y al cabo de cierto tiempo curaban, entonces decidió bañarse él mismo y tras varias inmersiones, él también sanó.

En 1970 Carratraca saltó a la prensa nacional al iniciarse estudios sobre el terreno, para localizar diamantes.

Este es el lugar donde los vecinos del pueblo, convertidos en actores ocasionales, escenifican la Pasión en Semana Santa.

Nuestra Señora de la Salud.