Carta de Pedro a Felipe es el segundo y último escrito del Códice VIII de Nag Hammadi (NH VIII 132-140), y apenas tiene 9 páginas.
Con base en los paralelos con el Apócrifo de Juan e Ireneo de Lyon, se sugiere que la Epístola fuera escrita hacia finales del siglo II d. C. o en el siglo III.
Según las costumbres cristianas y gnósticas con las que el escritor estaba familiarizado, compiló un documento narrativo con un enfoque de revelación.
Su forma y su contenido, sin embargo, son diálogos gnósticos de revelación como el Diálogo del Salvador, que ponen las enseñanzas típicamente gnósticas en boca del Salvador resucitado.
Precisando más, aunque aparece como un diálogo gnóstico, es más un discurso de revelación de Cristo como respuesta a las preguntas planteadas por los apóstoles.
Dentro de este diálogo se incluyen materiales que no son cristianos o sólo ligeramente; estos materiales han sido adoptados para incrementar las revelaciones de Cristo.
La forma del credo presente en 139, 15-21 es excepcionalmente ortodoxo: Nuestro iluminador, Jesús, descendió; fue crucificado; llevó una corona de espinas; fue vestido con una túnica morada; fue atado a un madero, y enterrado en una tumba; y se ha levantado de entre los muertos.
Este credo, sin embargo, es seguido por una interpretación del docetismo: "Mis hermanos: Jesús no conoció este sufrimiento, pero nosotros somos los que hemos sufrido por la trasgresión de la Madre", una interpretación que recuerda las enseñanzas respecto a la pasión contenidas en el Apocalipsis de Pedro y el Segundo Tratado del Gran Set del Códice VII de Nag Hammadi.
Pero tú, estuviste lejos de nosotros y, no has expresado el deseo que nos reuniéramos ni has aprendido de qué manera repartirnos para llevar la buena noticia.
Y una voz llegó hasta a ellos, diciendo: Escuchan mis propósitos para que les hable.
Luego, cuando dejó una porción de ella misma, el Autades la agarró, y eso se convirtió en una deficiencia.
Y todos los Poderes del mundo se alegraron de haber sido engendrados.
Ahora, el Autades se enorgullece alabando a los Poderes.
Y él tomó a los Poderes bajo su autoridad, plasmando cuerpos muertos.
Y, bajando, intercambiaron propósitos de guardar silencio sobre la luz que sobrevino.
Los apóstoles se alegraron mucho y bajaron a Jerusalén, luego subieron al Templo.
Mis hermanos, no escuchan pues a esos bandidos y caminemos en… Pedro reunió a los otros (apóstoles) diciendo: "nuestro Señor Jesús, Cristo, tú que eres el origen de nuestro descanso, danos el espíritu de ciencia para que, nosotros también, hagamos milagros."