Abarca todas las artes y, a la vez, representa también una manera de vivir.
Combina la gran tradición constructiva catalana con la escultura, los oficios artísticos y las artes aplicadas, incorporando el hierro como nuevo elemento estructural.
El máximo exponente del modernismo en Mataró, Josep Puig i Cadafalch, es protagonista de las principales actuaciones arquitectónicas modernistas en la ciudad, tomando parte en los principales actos cívicos, culturales y políticos del momento.
La fachada se acabó con esgrafiados y aplacados de baldosas decoradas, que resaltan sobre todo en el gran frontón sobre la tribuna.
Josep Puig i Cadafalch era muy consciente que construía una casa para un fabricante textil i, por este motivo, introduce en esgrafiados, vidrios plomados y baldosas la imagen de una flor que, se supone, es la flor del algodón, y la rueda dentada propia de la maquinaria textil.